Que la razón ilumine vuestro camino
Cuadragésimo tercer contacto
Recibido: el 21 de febrero de 2009, a las 20.15
He venido a traer luz a los corazones de los hombres de tu tierra.
A ofrecer una nueva oportunidad al ser, para que entienda
a través de su conciencia has dónde ha llegado el daño de sus
malas acciones.
No hay excusas para una sinrazón que no tiene límites, para
una vida falta de conciencia y de unidad con el Todo; que no tiene
medida en el daño que causa a la tierra que lo ampara.
La armonía es la base que rige a todos los mundos y es ahí
donde nuevamente se pone de manifiesto vuestra torpe inteligen-
cia, vuestra falta de unidad y vuestro poco respeto hacia una crea-
ción que evoluciona hacia lo perfecto.
El daño que habéis y estáis infligiendo a vuestro mundo y a
otros seres de otras tierras, que se verán afectados por vuestra irra-
cionalidad, es lo que realmente preocupa a la Confederación de
los Mundos.
Que seres tan animalizados como vosotros hayan evolucionado
una parte tecnológica y dañina; sin haber reflexionado hasta
dónde se puede llegar.
No deis por sentadas cosas que no conocéis; el universo es rico
en vida y vida inteligente, que abraza una razón en la ruta del
ordenamiento cósmico.
No sois imprescindibles; no en la forma en la que os encontráis.
Habéis infringido normas que atañen a un todo y más concreta-
mente a vuestro sistema, que como ya te he dicho anteriormente,
se nutre y enriquece de vuestro error de pensamiento.
Creéis conocer, y sin embargo, es vuestra sinrazón la que
impide que vislumbréis la verdad de una Gran Creación que va
desde lo más ínfimo a lo más grande; desde lo más burdo hasta la
más absoluta perfección.
Y es así que el Consejo de Sabios que rige vuestro mundo y el
de otros, ha decidido dar una nueva oportunidad, para que el
hombre de tu tierra evite la sinrazón a través de la razón, y pueda
así ponerle freno al mal que os acecha.
Y es ésta la última antes del final de la 5ª etapa del hombre de
la Tierra.
Nosotros somos conocedores de lo que se os avecina, que no es
más que la reacción natural de un planeta que está siendo dañado
por las criaturas que cobija.
Es vuestra decisión y no la nuestra, la que decidirá el futuro del
hombre; pero sí os digo que si no lo remediáis, vuestro final será
terrorífico...
Eyin